Café musical

24 dic 2009

Adeste Fideles (Feliz Navidad a todos, pásenla bien)

En aquellos años amigos, los años cincuenta era la época de la prosperidad, la tranquilidad y una simulada paz mundial. Pero pa nosotros era una paz eterna, me acuerdo en la preparatoria cuando se acercaba navidad. La típica actividad en la clase de gramática de aprendernos una canción de navidad para recitarla en el salón de actos. Esta vez, la profesora de gramática se coordinó con nuestro maestro de latín y decidieron que íbamos a cantar Adeste Fideles (que relataba el día de la llegada del Salvador), en su idioma original, nada más y nada menos que en latín. La lengua madre de casi todas las occidentales, tan conocida en aquellos años y tan común, ahora parece marciano para los mocosos de 15 años.

Pues hay vamos todos a aprendernos la canción, en menos de tres horas ya la estábamos cantando completita y sin titubeos. Es un bello himno muy acorde a la época navideña y que recuerda a aquel hombre que nos salvó, cuando iba a nacer, aquí la letra de toda la canción, no recuerdo la traducción, uno que ya está viejo, antes era un chucha cuerera pa el latín, pero pues ya ven, el alemán me persigue. Les dejo la traducción de tarea:

Adeste fideles,
laeti triumphantes;
venite, venite in Bethlehem;
natum videte regem angelorum.
venite, adoremus Dominum.

Deum de Deo,
lumen ad lumine,
gestant puellae viscera,
Deum verum, genitum non factum.
venite, adoremus Dominum.

en grege relicto,
humiles ad cunas,
vocati pastores appropiant.
et nos ovanti gradu festinemus,
venite, adoremus Dominum.

stella duce, Magi
Christum adorantes,
aurum, thus, et myrrham dant munera.
Jesu infanti corda praebeamus:
venite, adoremus Dominum.

aeterni Parentis
splendorem aeternum
velatum sub carne videbimus,
Deum infantem,
pannis involutem,
venite, adoremus Dominum.

pro nobis egenum
et foeno cubantem
piis foveamus amplexibus;
sic nos amantem quis non redamaret?
venite, adoremus Dominum.

cantet nunc 'Io'
chorus angelorum;
cantet nunc aula caelestium,
Gloria in excelsis Deo.
venite, adoremus Dominum.

ergo qui natus
die hodierna.
Jesu, tibi sit gloria,
Patris aeterni Verbum caro factum.
Venite, adoremus Dominum.

¿Qué tal? En fin, pasando a navidad, en aquellos años, que andar como idiota consumista buscando regalos, o subiendo a los hijos encima de un desconocido que se disfraza del panzón Santa Clós que inventó Coca Cola (el verdadero Santa Clós, osea, San Nicolás, ni siquiera era panzón ni vestía ese ridículo traje rojo, era un bonachón monje), o andar comprando "Turkey". Nada de eso, la reunión familiar era más pura también en esos días que ahorita, nada de pisto ni problemas. Todo el día era tranquilo, y de mucha emoción porque iban a venir las tías, los tíos, los abuelos, los padrinos etcétera. Mi madre nos ponía desde las 6 de la mañana a ayudarle con los tamalitos, el atole, el pozole y el menudo. Todos éramos bien tragones y teníamos que hacer comida en cantidades industriales.

Cuando llegaba toda la multitud de familia empezaba la fiesta adentro de la casa, todos risa y risa. Ya en la tardecita, como a las 4, los más chicos tiernamiento corriendo con bengalas; unos tíos poniéndo en posición las piñatas, nos brincábamos las posadas pa tronarlas todas el mero 24, jejejeje. Los grandecitos chamacos, en mi caso, nos íbamos a algunas zonas desiertas de Guadalajara a tronar unos cuetotes, que hacían simbrar a toda la ciudad.

Ya a las 6 llegábamos de tronar cuetes y a tronar piñatas se ha dicho. Hasta mi abuelo le pegó y salió una manzana; JAJA, todos arrollamos al pobre viejo para agarrar la fruta, afortunadamente no le pasó nada. A las 8, el banquetazo. Todos nos poníamos de rodillas en la mesa para darle a Dios las gracias y recordar al gran Jesus "El Saviour" Christ. Y después de eso, a atascarnos de comida; al final hubo guerra de botones. Se platicaba un rato con la familia. A los más chiquitos les decíamos que se fueran a dormir porque si no el Niño Jesus (otra vez, que Santa Clós ni que Santa Clós) no les iba a dejar sus regalos en la sala de la casa (que abajo del pinche pino ni que nada) al día siguiente. Si había regalos hombre, pero no se exageraba como ahora. Un primo que en ese 1951 tenía 4 años, le bastaba que los primos grandes lo apachurráramos a abrazos y con eso se daba por bien servido como regalo de navidad, tener a sus guardespaldas, jaja. Los demás esperábamos a las 12 para darnos el abrazo y uno que otro regalito.

Qué tiempos aquellos amigos. No me queda más que decirles que pasen una muy feliz navidad en compañía de sus seres queridos, oh, y una buena taza de café, jaja. Saludos.

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