Café musical

17 may 2009

Lo sentimos Tío Alberto

Ya estaba en la Universidad, pero aún así, seguía asistiendo a las reuniones familiares que organizaba casi cada tres meses mi tío Alberto Negredo, en aquel año de 1955. Este odioso personaje era el barril de alcohol de la familia, nada más le ponía uno una cerveza enfrente y en menos de lo que cantaba un gallo ya se había tomado otras tres. También había sido militar durante los años de la Guerra Cristera, llegó a ser capitán. Digo que era odioso porque era un desgraciado, prepotente y egocéntrico. Todo el mundo era él, típico macho mexicano que por cualquier pendejada le pegaba a mi tía y cuando andaba pedo era peor la cosa. Estábamos en la reunión pues y me preguntó...

-¿Qué estudias muchacho?
-Contabilidad, en la UNAM.
-PUTA MADRE, eso es de maricas, en el ejército deberías estar, y lo peor, estudias en el nido de porros, desestabilizadores sociales.
-Ajá, ¿y ser alguien como usted y no estudiar y ser un borracho patético?
-Más respeto muchacho, soy su tío cabrón.
-Mire como me paso su respeto...

En fin, el ademán casi me cuesta un tiro, pero gracias a Dios no estaba borracho, de hecho estaba a punto de, pero con gran astucia mis primos y yo agarramos todas las botellas de tequila y unos cerillos, mi primo Alberto júnior fue por la bandera que le había regalado el jefe máximo (Plutarco Elías Calles)a mi tío durante la guerra y nos dirigimos hacia un árbol de manzanas que mi tío había plantado cuando niño. Como de costumbre, las manzanas estaban podridas, siempre se le olvidaba recogerlas al borrachín. Como el árbol estaba lejos de la pachanga pues aprovechamos y empezamos a rociar el tequila por todo el arbol, ya vaciadas las botellas las metimos a las cajas, colgamos la bandera de una rama, prendimos como cinco cerillos y acción. Lindo espectáculo, pero una peste... En fin, a mi tío casi le da un infarto, y vío la caja de las botellas cerca del árbol, nunca preguntó si fuimos nosotros, pero de que dejó de tomar, dejó de tomar...

1 comentario:

Edna Murillo dijo...

Woow!! instintos de escritor, alejado del entorno revoltuoso de la realidad..