Café musical

11 jun 2009

Christine

En 1999, en el local de al lado del de mi café, había una tienda novedosa de frutas y verduras que había puesto una muchachita emprendedora de la U de G. Ella venía de intercambio, de Escocia para ser exacto, se llamaba Christine. Su especialidad eran las fresas, le fascinaban, de hecho esa era la única fruta que vendía, verduras había demasiadas, pero fresas, uff, hasta un altar dedicado a la fresa tenía, jeje, era una fresa de plástico vestida a la Jesus "el Savior" Christ. Se veía chistosísima. Cabe señalar que era muy devota, por eso vistió a la fresa así. En el altar también figuraba un trébol de cuatro hojas, haciendo alusión al equipo de futbol de sus amores, el Celtic de Glasgow.

Como todo emprendedor ella estudiaba administración de empresas y le gustó tanto México que metió sus papeles de naturalización y no se quería regresar a Escocia, le gustó mucho la hospitalidad y la vitalidad de nuestra gente y sobre todo, no es por ser Hugo Sánchez, pero le encantó mi café, era tradición verla en mi establecimiento hablando de fresas, incluso me daba bolsitas para hacer smoothies de fresa a la escocesa, jaja, una receta que ella inventó y que era muy deliciosa. De hecho cuando la empezé a anunciar fue del gusto del público y cada dos horas tenía que ir con Christine a comprar fresas, que era el secreto de la receta; esas fresas tenían algo que las hacían únicas, como que estaban cultivadas con amor.

Un día, me invitó después de la escuela a su hogar. Era un departamento chiquito, pero muy acogedor y suficiente para ella solita, no era muy noviera. Me mostró muchas fotos de la ciudad de Glasgow, de su familia, de sus amigos y, adivinen, de su cultivo de fresas en Escocia. Eran las fresas más rojas que había visto, y tenían un tamaño considerable. A continuación, me guió al patio y sorpresa, había un cultivo de fresas, igual de rojas y grandes que en la foto. Era hora de regarlas, sacó la regaderita, un poco de insecticida y les empezó a hablar, como a las plantas, he ahí el secreto de la dulzura y gran sabor de sus fresas. Al dejarles de hablar me devolvió una linda sonrisa.

Actualmente Christine tiene una exportadora de fresas, y SUS fresas son las más solicitadas en el Cono Sur, por obvias razones cambió su residencia a la Ciudad de México, pero con frecuencia me visita y me pide consejos acerca del café, porque ella dijo lo mismo que yo dije de sus fresas: "Su café... no sé, tiene algo, como que está hecho con amor"

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