Café musical

29 abr 2009

Luis Landeros

En aquel 1954, unos meses antes de irme a la UNAM, llegó una familia muy agradable al barrio donde yo vivía, los Landeros, venían de Mérida. Eran muy amables, siempre andaban de blanco, pacíficos y cultos, los pareja era autodidacta, pero sabían absolutamente de todo, desde quien era el campeón de la Fórmula 1 (en aquel tiempo, pues solo 4 años antes apenas se había instaurado el campeonato y todo mundo sabía que Alberto Ascari era el campeón) hasta el número de valencia del manganeso y todas las leyes de la gravedad. Tenían dos hijos, uno era Armando, amante del beisbol, de hecho él me acompañó en el viaje a la Ciudad de México, yo iba para la UNAM y el iba al Parque Delta (después cambiarían su nombre por PARQUE DEL SEGURO SOCIAL) a provarse con los Diablos Rojos del México. Ese tipo era una eminencia en cuanto a beisbol, un almanque andante, se sabía de memoria todos los récords importantes de aquel entonces: Jonrones, más ponches, mejor efectividad, mejor porcentaje de bateo, más bases robadas... En que año fue impuesto y quién lo logró, impresionante. Su equipo de beisbol favorito de las Grandes Ligas eran los Indios de Cleveland, se enamoró de ese gran equipo después de las hazañas que hacía en ese entonces el gran Beto Ávila.

El otro hijo era toda una rareza, se llamaba Luis. No hablaba, era bastante antisocial, se peinaba de atrás para adelante, usaba unos lentes de forma pentagonal hechos por él mismo, se fajaba el pantalón casi hasta el bolsillo de la guayabera y usaba zapatos de viejito. Y de pilón, hablaba con la nariz. Era el mayor de los dos hermanos, tenía 20 años, Armando era de mi edad. Bien, pues el tipo era todavía más excéntrico al hablar, decía cosas sin sentido, vivía en su mundo, incluso era medio afeminado e irónicamente, siendo yucateco, odiaba las guayaberas. No no no, era toda una rareza el tipo. De hecho, como en unos días, había reportes de un travesti afuera del vestidor de las Chivas y del Atlas en Parque Oblatos. Era él, que se robaba la ropa femenina de las mujeres del vecindario, incluídos unas blusas de mi mamá. Vestido de mujer, el tipo curiosamente se veía imponente, parecía María Féliz el cabrón. Finalmente se lo llevaron a la penitenciaría, sus padres pagaron la fianza, y lo abandonaron a su suerte. Armando llegó a jugar pelota, pero en la liga japonesa y tuvo una carrera breve en Grandes Ligas, jugando para los horribles Mets del 62. En 1967, Pink Floyd lanzaría el sencillo que los llevaría inmediatamente a la fama: "Arnold Lane", que relataba la historia de un tipo vecino de Roger Waters y Syd Barrett, que se robaba la ropa de mujer del vecindario donde ellos vivían en su juventud, cuando oí esa canción me acordé mucho de Luis...

Les cuento de Luis, porque me lo encontré recientemente, por el Estadio Jalisco, y ya no se llama Luis, se llama Luisa, se hizo la operación de cambio de sexo a principios de los 90, cosas de la vida...

1 comentario:

NicT dijo...

XD tendre q buscar esa cancion de pink floyd que ya me dejaste con la curiosidad xD
muy bueno!