Café musical

2 abr 2009

(San) Juan Pablo II

El 2 de abril del 2005, eran como las 12 del día, estaba yo en mi café y casi toda la colonia Independencia metida ahí, como con 80 veladoras prendidas, fue uno de los días más tristes de la historia... Juan Pablo II, el papa viajero, había fallecido. Criticado y odiado por muy pocos, amado por miles y miles y miles, envidiado por la propia Curia... Su único error fue haber apoyado y defendido a capa y espada a los nefastísimos Legionarios de Cristo...

Vamos a viajar en el tiempo, finales de 1978, estaba yo FINALMENTE, como contador en la SHCP, gracias a que entró José "Soñador" López Portillo. Aunque en ese momento de su sexenio (76-79) todo estaba en orden y parecía que lo hecho por el tontín Echeverría estaba siendo reparado al punto. De hecho, las reservas petroleras gracias a los descubrimientos de yacimientos de petróleo estaba haciendo que el PIB y la economía crecieran más que en toda la época del milagro mexicano, en Gobernación se tenía a un político experimentado y con gran tacto, Don Jesús Reyes Heroles y por fin se había hecho una reforma electoral que dejara participar a los partidos de izquierda.

Don José Soñador en realidad era un soñador, su administración era la de la abundancia, gracias a todo el dinero que estaba llegando por el petróleo, pero el muy idiota lo empezó a gastar, pero en aquel tiempo ni se notaba el gasto. Este compa se creía la reencarnación de Quetzalcoátl y tenía una esposa nefasta y bastante fea, ni idea de donde la sacó. Y también, estaba su mamacita, la señora Pacheco... José la amaba y la veneraba como si fuera la vírgen de Guadalupe, puta madre, todo lo que decía su jefa, se hacía. Se venía la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano y por lo regular, el Santo Padre mandaba un mensaje para inaugurarla. En este caso, en el poquito tiempo que llevaba Juan Pablo II de pontificado, su juventud y su chispa que demostró desde que se asomó en el balcón de la basílca de San Pedro y era la oportunidad perfecta para invitarlo a México...

-José, ya sabes que soy muy devota, invita al Santo Padre a México a que inaugura la Conferencia y de paso, que me haga una misa en mi honor, aquí en los Pinos.
-Claro madre, lo que pidas se hace, aquí tienes enfrente al Rey de México, si quieres hasta me limpio en la Constitución para que tus deseos se hagan órdenes.

De hecho, Juan Pablo II ya les había ganado... Como bien sabemos los que vivimos aquella época, Pablo VI fue el primer papa que empezó a viajar por el mundo, aunque solo en ocaciones muy muy especiales. El que ya pensó en viajar a todos lados y a toda hora, fue el buen hombre de Juan Pablo I, pero pos, la mafia siciliana y la Curia se encargaron de no hacerlo realidad... Juan Pablo II quería expander masivamente esa línea, viajando al mundo para atender problemas, inaugurar congresos y de pilón jalar unas cuantas orejas... Nadie se puso a pensar más que él que Pablo VI no hizo un viaje a Latinoamérica, la región con más católicos en el mundo, de hecho, antes de su muerte, estaba pensando viajar a México, pero se enfermó gravemente y adiós. Y obviamente, decidió visitar Latinoamérica, primero haciendo escala en República Dominicana y después a "La Meca" del catolicismo americano... MÉXICO.

-¿Qué piensa del nuevo papa de la Garza?
-Pos que le puedo decir señor Presidente, se ve buen hombre, muy calmado, aunque dicen que es de mano dura, aunque ni se le nota, tiene un ángel muy grande, va a ser cosas importantes y va a durar mucho. Ya verá usted que se va fascinado de México.
-Mi madre me dijo que lo invitara a México, pero parece que me ganó, jajaja
-Ni modo señor, no siempre se obtiene el crédito de algo...
-Bueno, seguiré administrando mi abundancia...
-La de los mexicanos señor, porque su abundancia ya se le está acabando, mírese la cabeza y entenderá lo que le digo...

Juan Pablo II salió de Roma el 24 de enero de 1979 en la noche, para llegar el 25 con las pilas cargadas, en una escala en Santo Domingo, República Dominicana, su primera visita oficial a un país que no fuera Italia. Ofeció unas cuantas misas en esa visita relámapago, para salir en la mañanita del 26 de enero rumbo a la Ciudad de México en un avión de Aeroméxico. En ese tramo de trayecto, Valentina Alazraki, nombrada corresponsal en la Santa Sede unos días antes de que Juan Pablo II tomara el puesto, le regaló un sombrero de charro, incluso el papa le hizo algunas preguntas sobre México.

Mientras llegaba el papa, el presidente y todo su staff (ahi andaba yo de metiche) estaban preparando todo para la llegada del papa a la capital del país, mientras las calles se iban llenando de gente. Se acomodó al coro de niños que iba a cantar Amigo, éxito reciente de Roberto Carlos y se dejaron ingresar a varias personas para sentarse en el graderío que se había instalado a unos metros de la pista, además de que también se instaló un templete para que diera unas palabras...

-Señor Presidente, ¿cómo va a recibir a Su Santidad?
-Mire de la Garza, acuérdese que no tenemos relación con el Vaticano, así que será recibido de forma seca, pero amable...
-¿No será que lo recibirá así porque se lo dice la voz de San Benito Juárez y su anticlericalismo y odio y repudio al catolicismo, que el PRI se ha hecho cargo de que esto dure hasta estos tiempos?
-Eeeh, mmm...
-A ver, responda...

En fin, no me dijo nada, nomás se puso rojo y me indicó que me fuera sentando en el graderío. Acepté, iba a ser un momento histórico y además, nunca en mi vida había visto al papa de tan cerca. Todo listo, como al momento se empezó a ver el brillo del Aeroméxico. Aterrizó el avión, salió el papa del avión y acción, los niños comienzan a cantar...

Tú eres mi hermano del alma realmente el amigo, que en todo camino y jornada estás siempre conmigo, aunque eres un hombre aún tienes alma de niño, aquel que me da su respeto y cariño...

Gente con lágrimas en los ojos, gritos de júbilo, banderas vaticanas ondeando por todos lados, fue hermoso. El papa saludó a todos, bajó de la escalinata, al llegar a suelo, se hincó y BESÓ EL SUELO (algo que se haría tradición en su pontificado)... Se acercó el presidente José Soñador con su horrorable esposa, el papá le dió un buen apretón de manos (ya sabía que en México imperaba la ley de Juárez) y se dirijió al templete, dio unas palabras y de ahí, al super camionsote DINA que estaba esperándolo afuera del aeropuerto. Como estaba haciendo un calor del demonio y el sol pegaba fuerte, se puso el sombrero que le regalaron. La gente se desvivía por él, el camión se abría paso ante la gente que se ponía enfrente del gritando llena de júbilo por el papa. Era conmovedor y a la vez increíble. Inmediatamente, Juan Pablo II quedó impresionado y a partir de ahí le guardaría un inmenso cariño al país.

Y empezaría su gira de casi 10 días por el centro del país, con una breve escala en los Pinos, donde se cumplieron los deseos de la Santísima Madre Pacheco la mamasita de José Soñador. Estuve presente, fue una gran misa, donde Juan Pablo II demostró una vez más su gran sencillez, humildad y calidad humana. Ahí tuve la oportunidad de besar su anillo, darle la mano, platicar con él un momento en su increíble español fluidísimo

-¿Qué le dije señor Presidente? Este Santo Padre tiene un gran futuro, va a hacer cosas muy grandes, su caracter lo demuestra...

La misión del Santo Padre en México, era abrir la Conferencia, combatir la comunistoide Teología de la Liberación y tratar de reparar los daños de la Iglesia Mexicana. Era increíble ver a la gente pegada en las baquetas, caminos de terracería, carreteras, etcétera, a donde iba el papa, iban todos, el papa siguió repartiendo bendiciones masivas, saludos.

"Yo no tenía la necesidad de venir hasta México para conocer su fidelidad al Vicario de Jesucristo, pues desde hace mucho lo sabía ; pero agradezco a Dios experimentar el fervor de vuestra acogida".

En la misa en la Catedral Metropolitana, diría aquella frase, que cada vez que la diría en futuras visitas a México, la gente estallaría de júbilo...

"México, SIEMPRE FIEL".

Y si que le fuimos fieles al gran Juan Pablo...

Su misa más significativa fue aquella que dió en Oaxaca para los indígenas, ellos le abrieron los brazos y por fin, tenían a alguien en la Iglesia, que los iba a apoyar, a proteger. El último día, prometió volver... Y cuando se fue, todo mundo lloró su partida, aunque iba a volver, todo mundo pensaba que iba a ser debut y despedida... Todo mundo subió a las azoteas con espejos, fue muy lindo... Era un 31 de enero de 1979

Regresaba de mis capas cerebrales de memoria a la cruda realidad de ese dos de abril, pegado en la telera de mi café, con 100 personas adentro con caras desencajadas, con una lagrima en mi mejilla, viendo como se acababa un magnífico pontificado, encabezado con un hombre que si fue digno de ocupar ese puesto y ser el sucesor de San Pedro.

Hace 4 años que se nos fue ese gran hombre, un humanista, alguien que siempre luchó por el bien de la humanidad, un hombre que siempre quizo ver a los hombres comportarse como hermanos, que peleó por la paz incluso hasta en religiones, que destruyó al comunismo, un hombre que tuvo los pantalones como para pedir perdón por todas las atrocidades que cometió la Iglesia en la Edad Media y en la era de la inquisición. Fuera de que haya apoyado a los nefastos Legionarios de Cristo, por favor, todo mundo comete errores, hasta un gran hombre como él. El trataba a las personas con una calidad humana intachable, si decían que al verlo transmitía una tranquilidad increíble, hasta verlo en la tele también lo hacía. Siempre que hablaba decía cosas muy ciertas y con una gran lógica y razón, no como el pendejo que está ahorita de papa que nomás dice puras pendejadas y a cada rato se tiene que tragar sus palabras.

Podría escribir muchísimas cosas más de él, pero creo que ya todo mundo lo sabe, como fue Juan Pablo II, uno de los grandes seres humanos que han pisado la tierra. Su legado perdurará hasta el fin del mundo...

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