Era navidad del año pasado, lo recuerdo bien (yo si trabajo en días festivos, pinches huevonetes), acababa de servir un latté a un teólogo, que me empezó a hablar de que según Jesús si había nacido el 25 de diciembre. Si como no, a mi no me hacía pendejo, el Savior no había nacido el 25 de diciembre, solo fue capricho de un papa de la Edad Media para no me acuerdo que cosa. El tipo ese se fue, me desperté después de haberme noqueado con su palabrería (incluído un debate tonto acerca del Código Da Vinci, como que se tomó muy enserio el libro el tipejo ese) y como a las 5 minutos, aunque nadie lo crea, entró el Señor de Señores, el Big Cheese de los Big Cheese's, JEEEESUUUUUS "EL SAVIOOOOOOORRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR" CHRIIIIIIST.
Me quedé congelado amigos míos, yo pense: "Puta madre, ya me va a mandar al averno". Pero no, solo me dijo: "Hijo mío, dame un té Earl Gray, por favor". Se lo dí con todo gusto, no pasaba de mi asombro, ÉL, en mi humilde establecimiento. Me empezó a platicar mejores cosas que las del teólogo idiota que vino hacía rato. Me dijo que los Evangelio eran pura farsa, que había nacido el día de Yom Kipur, que en realidad los sacerdotes y el Papa servían al mismo Lucifer y que eran indignos de ser sus representantes en la Tierra. "Por eso vine hijo mío, al primero que voy a darle su JUSTICIA DIVINA va a ser a Juan Sandoval Íñiguez". Pensé: "Milagro, le van a hacer justicia al pinche vejete corrupto ese, ya aqui en Guadalajara nos hace falta un tipo de la nueva escuela católica".
Hubo un silencio como de 5 minutos, y le pregunté: "¿Y Maciel?"; me respondió: "A ese ya lo mandé al mismísimo purgatorio, porque ya se veía canonizado como 20 años antes de que se muriera, nada más porque fundó a su Legión de Cristo, que tanto daño le ha hecho a la obra de mi Padre; y por pederasta, con los niños, mis hijos más amados, los más inocentes; con ellos NADIE se mete". "¿Y Juan Pablo I?"; "a él lo mandó matar la mismísima Curia, y las familias sicilianas solo sirvieron de chivo expiatorio".
"¿Y Juan Pablo II?"; "hijo, el es casi mi igual, su compasición, su ética, sus enseñanzas, son comparables a la obra que mi Padre me mandó hacer".
"Señor, ¿que nos pasará a nosotros? ¿Viene a castigarnos?"; "no, ustedes son mis hijos y mi misericordia es infinita, ni haciendo algo horriblemente feo los dejaré de perdonar, porque está en su naturaleza cometer errores, aunque desgraciadamente algunos errores sean atroces, como los que ciertas gentes hacen en Tijuana. Además, cuenten con mi protección en estos tiempos difíciles, todas sus plegarias serán escuchadas, oh, y eso del perdón, pues tiene acción limitada, cuando se encuentren con San Pedro recibirán su merecido castigo".
"Adiós hijo".
Y se desvaneció...
Súbitamente desperté, como a las 3 de la mañana, fue otro sueño, carajo...
Me quedé congelado amigos míos, yo pense: "Puta madre, ya me va a mandar al averno". Pero no, solo me dijo: "Hijo mío, dame un té Earl Gray, por favor". Se lo dí con todo gusto, no pasaba de mi asombro, ÉL, en mi humilde establecimiento. Me empezó a platicar mejores cosas que las del teólogo idiota que vino hacía rato. Me dijo que los Evangelio eran pura farsa, que había nacido el día de Yom Kipur, que en realidad los sacerdotes y el Papa servían al mismo Lucifer y que eran indignos de ser sus representantes en la Tierra. "Por eso vine hijo mío, al primero que voy a darle su JUSTICIA DIVINA va a ser a Juan Sandoval Íñiguez". Pensé: "Milagro, le van a hacer justicia al pinche vejete corrupto ese, ya aqui en Guadalajara nos hace falta un tipo de la nueva escuela católica".
Hubo un silencio como de 5 minutos, y le pregunté: "¿Y Maciel?"; me respondió: "A ese ya lo mandé al mismísimo purgatorio, porque ya se veía canonizado como 20 años antes de que se muriera, nada más porque fundó a su Legión de Cristo, que tanto daño le ha hecho a la obra de mi Padre; y por pederasta, con los niños, mis hijos más amados, los más inocentes; con ellos NADIE se mete". "¿Y Juan Pablo I?"; "a él lo mandó matar la mismísima Curia, y las familias sicilianas solo sirvieron de chivo expiatorio".
"¿Y Juan Pablo II?"; "hijo, el es casi mi igual, su compasición, su ética, sus enseñanzas, son comparables a la obra que mi Padre me mandó hacer".
"Señor, ¿que nos pasará a nosotros? ¿Viene a castigarnos?"; "no, ustedes son mis hijos y mi misericordia es infinita, ni haciendo algo horriblemente feo los dejaré de perdonar, porque está en su naturaleza cometer errores, aunque desgraciadamente algunos errores sean atroces, como los que ciertas gentes hacen en Tijuana. Además, cuenten con mi protección en estos tiempos difíciles, todas sus plegarias serán escuchadas, oh, y eso del perdón, pues tiene acción limitada, cuando se encuentren con San Pedro recibirán su merecido castigo".
"Adiós hijo".
Y se desvaneció...
Súbitamente desperté, como a las 3 de la mañana, fue otro sueño, carajo...
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